Superman (2025) de James Gunn: ¿Reinvención audaz o narrativa deconstructiva del Hombre de Acero?

23 de julio de 2025
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Superman (2025) de James Gunn: ¿Reinvención audaz o narrativa deconstructiva del Hombre de Acero?

Desde la emocionante presentación de Superman (2025), el Hombre de Acero ha vuelto al centro del debate cultural. Bajo la dirección de James Gunn y la producción de Peter Safran, esta nueva entrega prometía un reinicio fiel al personaje, pero con un giro contemporáneo. Sin embargo, lo que debería haber sido una actualización vibrante se ha convertido en un ejemplo más de cómo Hollywood parece empeñado en deconstruir a sus héroes masculinos clásicos, transformándolos en figuras vulnerables, dependientes y cargadas de mensajes ideológicos.


Decisiones creativas de Gunn y DC Studios: ¿una reinvención o un guion con agenda?

Gunn declaró que su meta era evitar repeticiones vacías y al mismo tiempo preservar la esencia de Superman: su bondad, su moral y su esperanza. En la práctica, esto se tradujo en decisiones como:

  • Énfasis en la compasión: más allá de sus hazañas sobrehumanas, vemos a Clark Kent angustiado por no poder salvar a todos, leyendo comentarios negativos en redes y cuestionando su rol como símbolo global.
  • Krypto como alivio cómico: el perro superpoderoso aporta un toque fresco, pero refuerza la idea de un héroe que necesita que lo salve hasta su mascota.
  • Un Lex Luthor modernizado: Nicholas Hoult encarna a un abusón-genio que usa IA y ejércitos de bots para minar la imagen de Superman.

En teoría, todo apunta a una puesta al día interesante; en la práctica, se siente más como un manual de instrucciones para decirle al espectador “la vulnerabilidad como virtud principal”.


¿Dónde quedó el Hombre de Acero invencible?

Esta versión de Superman sangra, se agota y hasta requiere constantes impulsos emocionales para levantarse. Su Fortaleza de la Soledad, antaño bastión de fuerza, ahora es una especie de clínica de recuperación emocional.

“No es humanizar a Superman (ni siquiera es humano), es una programación mental para el hombre moderno: un estímulo para creer que 'mola' ser débil, llorica, perder y depender de otros.”

Al sustituir la autosuficiencia por la vulnerabilidad continua, la película nos manda un mensaje preocupante: el arquetipo masculino tradicional ya no es deseable.


La pérdida de identidad masculina: ¿un efecto inevitable?

Quienes defienden este enfoque lo interpretan como una profundización psicológica del personaje. Sin embargo, al retratar a Superman como un héroe que necesita validación externa para actuar, se insinúa que la fortaleza natural del hombre es algo obsoleto. Este cambio radical encaja con la tendencia que hemos visto en sagas previas: James Bond convertido en héroe trágico, Luke Skywalker derrotado y ahora un Superman que duda de su propio propósito.

Cuando un símbolo cultural tan poderoso tiembla ante el ruido de una opinión pública ficticia, los hombres de carne y hueso podemos preguntarnos: ¿a qué aspiran nuestros jóvenes si ni el Hombre de Acero se mantiene firme en su convicción?


Narrativa ideológica y simbolismo social: el precio de la agenda cultural

El elemento más comentado ha sido, sin duda, la carga simbólica sociopolítica que recorre el filme. Desde el enfoque en Superman como metáfora del inmigrante hasta la eliminación casi total del icónico “American way”, los detractores no han tardado en calificar la obra como demasiado centrada en una agenda cultural:

  • Supermigrante: Gunn insiste en que el héroe es un símbolo de la bondad y la integración, pero para muchos es un sermón disfrazado de blockbuster.
  • Lois Lane empoderada: lejos de la damisela en apuros, aquí es una aliada que cuestiona cada decisión de Clark, y ojete, que me gusta esa idea de que la persona que está a tu lado intente sacar tu mejor versión y no hundirte.
  • Críticas conservadoras: figuras como Kellyanne Conway y Dean Cain han condenado la politización, tildando la película de producto de agenda cultural.

No necesariamente está mal abordar temas relevantes, pero la balanza se inclina tanto hacia la conciencia social que el poder y la autosuficiencia pasan a segundo plano.


Un choque de valores: 1978 vs. 2025

  • Fuerza inquebrantable vs. perseverancia frágil: Reeve era casi invulnerable. Corenswet recibe golpes físicos y emocionales. ¿Superpoder o superdolor?
  • Lobo solitario vs. héroe en comunidad: El Superman de Donner resolvía todo por sí mismo. El de Gunn necesita aliados y la aprobación de la opinión pública.
  • Patriotismo clásico vs. humanismo universal: Se sustituye la defensa del “American way” por la ambiciosa misión de salvar a toda la humanidad.
  • ¿Y la familia? De quien sí podemos apoyarnos es en la familia y así se muestra en las primeras versiones, tanto en los mensajes de los padres biológicos de Superman como los adoptivos, mostrando el apoyo y dándole los valores necesarios para que sea un superhombre. En esta última sólo hay medio mensaje de sus padres biológicos y respecto a sus padres adoptivos, ¿adivináis quién es más emocional y débil de los dos? Creo que sí...

Este desplazamiento refleja un cambio de paradigma: del hombre autosuficiente al hombre colectivo, del héroe imperturbable al héroe cuestionado.


Conclusión: ¿evolución genuina o reprogramación cultural?

Superman (2025) apuesta por un modelo de masculinidad sensible que puede enriquecer al personaje, siempre y cuando conserve su capacidad inspiradora. El gran problema es que, en su afán de modernizarlo, se olvida que la fortaleza interna y la autosuficiencia son también superpoderes fundamentales.

Si la idea era reconectar con nuevas audiencias, Gunn lo ha logrado: si es con esos nuevos movimientos que nos bombardean por todos lados.

Hoy se habla de Superman más que nunca. Pero si el objetivo era mantener vivo el ideal de un héroe que impulsa al hombre real a ser mejor, tal vez haya dado un paso demasiado grande hacia una narrativa que prioriza la fragilidad emocional sobre la fortaleza interior.

Lejos quedan aquellas películas que servían de inspiración a los más jóvenes y lejos quedan esos valores que te hacían sentir mejor.
¿Te gusta más un Hombre de Acero que se quiebre con facilidad, o preferimos recordar al héroe que volaba sin miedo, enfrentaba cualquier desafío y salía victorioso?


Recuerda que esto sólo es mi opinión personal, y que si no estás de acuerdo con ella, puedes llorar, patalear y llamarme nazi, que de momento es gratis.

Un saludo.

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